Sociedad y Cultura · LA PRENSA DE AYER

Obiturario

Keith L. Andrews

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Ayer, el reconocido escultor Keith L. Andrews fue encontrado boca abajo en un guacal de arcilla de moldear ya endurecida. Las autoridades están investigando las condiciones misteriosas que rodean su muerte. Los investigadores en la escena del crimen no están seguros si su sonrisa mostraba una gran satisfacción o si era el resultado de su flatulencia crónica.

Desde los primeros años del siglo XXI, Andrews había luchado para sobrepasar los prejuicios del establecimiento profesional del arte y sus propias dudas. En el año 2016 comenzó de nuevo de dedicarse al arte a tiempo completo. Esto fue después de una década de transición durante el cual él no sabía donde pertenecía – en el mundo científico/burocrático o del arte. Durante el período entre 1971 al 2015, Andrews se distanció "temporalmente" de la escultura que gozaba de niño y adolescente para trabajar como investigador entomológico, profesor, administrador y especialista en desarrollo rural en Centro América. Una vez dijo a un reportero que era divertido jugar el rol de ser un buen gringo en Centro América durante ese tiempo.

Amigos y comentaristas explicaron su evolución para este periódico. Entre 2007 y 2015, él re-entró tentativamente el mundo de la escultura recuperando destrezas olvidadas y estudiando la literatura. Su trabajo consistía de una mescolanza de temas. En el período 2010 – 2012, realizó unos estudios formales y su trabajo mostró un proceso de maduración con una definición mas clara de temas.

Después del 2015, su trabajo floreció y logró una expresión mas auténtica y los temas se volvieron notablemente mas ambiciosos, oscuros, personales, abiertamente políticos y sexuales; muchas personas se ofendieron por las obras durante esta fase. Quienes invirtieron en sus obras antes del 2018, vieron sus inversiones crecer grandemente en valor en años subsiguientes.

Como un hombre muy blanco de la generación de los Baby-Boomers, predominantemente diestro, bastante heterosexual, racionalista y defensor de las partes buenas del Proyecto de la Iluminación, él tuvo pocas de las necesarias características para convertirse en un aceptado artista en la América post moderna, y en vez él aceptaba jugar el rol del nativo-foráneo por excelencia. Él estaba fascinado por la diversidad humana e intrigado de cómo los chicos y chicas de Homo sapiens son tan incomprensiblemente complejos y contradictorios. Él estaba crónicamente comprometido con la construcción de puentes culturales ideologias (pero miren que tan lejos él pudo llegar).

A pesar de que él obtuvo su doctorado en Entomología (la ciencia de los insectos, chistoso, ¿verdad?), en escultura él fue mas que todo autodidacta. Comenzando en 2009, él sirvió de Presidente de TEA Escultores, la Asociación Salvadoreña de Escultores.

En 2016, Andrews se embarcó en el gran proyecto que consumió el resto de su vida. Se declaró un humanista impenitente y optimista y declaró: "Celebro lo mejor de nuestra especie a través de la escultura. Mi práctica es unificada y enfocada a través del Proyecto 100 Personas Que Merecen Monumentos Mejores De Lo Que Puedo Hacer, Pero Nunca Tendrán Uno A Menos Que Lo Haga Por Ellos. Este compromiso da a 100 personas especiales, muchos de ellos arquetipos, el reconocimiento que merecen, y lo que es más importante, contrarresta de alguna manera el pesimismo, el cinismo y el fatalismo que envenenan nuestras sociedades y paralizan a millones de personas bien intencionadas ".

Sus principales trabajos, que se encuentran en decenas de lugares alrededor del mundo, son su legado escultórico más importante.

Obra Colección Privada Obra: "¿Quién soy". Parte de la colección personal del escultor
Dr. Keith Andrews Obra: "Autoretrato 1". Foto de archivo, ca. 2009

Nadie nunca dijo que las esculturas de KLA (suena como "clay"= arcilla en inglés, ¿entienden?) fueran bellas, aunque lo fueran frecuentemente algunas de sus pátinas y bases. Más bien, los adjetivos aplicados a su trabajo fueron juguetones, eróticos (o erotizantes), inquisidores, ambiguos, expresivos, humanistas e incómodos. Tal vez cómicamente aterradoras, justo como la existencia misma. Mayormente fueron enfocadas en las dualidades y contradicciones en la vida, como son masculinidad / femineidad, bien / mal, biología / tecnología, o tu / yo.

La gente frecuentemente comentaba que las esculturas de KLA son provocadoras del pensamiento, a lo que Andrews solía responder incrédulo, "¿Tú necesitas un pedazo de metal colorido para catalizar ese proceso?"

Estaba orgulloso de que su trabajo fuera accesible; con frecuencia decía que quería que fuera interesante e inteligible para un niño inteligente de once años. Se esforzó por una figuración expresiva, incluso exagerada, no idealizada y biológicamente respetuosa. Observen las asimetrías, cicatrices, arrugas, estuches y bolsas de sus creaciones. De hecho, la mayoría de sus figuras es muy representativa del perfil demográfico que él esperaba compraría sus esculturas.

Andrew solía responder incrédulo, "¿Tú necesitas un pedazo de metal colorido para catalizar ese proceso?"

El Dr. Andrews murió de la realidad que alcanza a todos nosotros tarde o temprano – la muerte. Pero él se notaba feliz (¿o habrá sido el gas?). A él se le recuerda por su deseo de llegar a ser un jugador profesional de futbol americano, preferiblemente en posición de defensa, pero se reconoce ampliamente que su delgadez hacia esto imposible. Pero eso no es lo importante de esta historia…

A él le sobrevive su única y querida esposa (sí, él fue no artísticamente monógamo), dos fabulosos hijos, una hija increíble, un número creciente de nietos y nietas y una pila de esculturas e ideas sin terminar.

Sitio web: keithlandrews.com